
La grafología ejerce una extraña fascinación sobre la mayoría de las personas. El hecho de ver la escritura de los otros y poder extraer conclusiones a partir de la misma es algo así como ver dentro de una bola de cristal. Esto ha hecho que los libros de grafología sean unos de los más vendidos entre la población no especializada porque todos desean descubrir los misterios que se esconden detrás de los trazos.
Y lo cierto es que actualmente existen miles de libros de grafología, desde aquellos de carácter general hasta otros superespecíficos donde se detalla el significado de cada rasgo de las letras. La existencia de estos libros tan detallados puede propiciar la idea de que la grafología es una ciencia bastante exacta donde a cada rasgo de la escritura le corresponde una explicación única desde el punto de vista psicológico. Pero lo cierto es que no es así (siento darles la noticia a aquellos que se hayan comprado este tipo de libros).
En esencia y muy a grosso modo la grafología es un método (no caeré en disquisiciones sobre si es un método, ciencia o técnica) que permite conocer las características de personalidad a través del análisis de la escritura. En la actualidad la grafología se aplica en las consultas de Psicología como una técnica más para obtener información sobre los pacientes, en el área de los Recursos Humanos para valorar la idoneidad de un candidato para un puesto de trabajo, en la Medicina para valorar el nivel de desarrollo de algunas patologías eminentemente neurológicas y en el área de la Criminología como pruebas más o menos incriminatorias porque la escritura es como las huellas dactilares: únicas e irrepetibles.
¿Cuán eficaz es la grafología?
En sentido general, la eficacia de la grafología depende en gran medida de los objetivos que persigue el profesional que la utiliza. Por ejemplo, en el área de la Criminología puede ser muy eficaz ya que existen detalles inconfundibles en la escritura que pueden determinar la autoría de determinada carta o firma. De esta forma se han resuelto muchos casos complejos, sobre todo presuntos suicidios y falsificaciones.
No obstante, si el profesional utiliza los datos de la grafología como una ciencia exacta e indiscutible en la cual, por ejemplo, una letra redondeada corresponde a personas pasivas y tranquilas mientras que una firma legible indica una persona con ansias de reconocimiento; entonces su eficacia se verá reducida.
La realidad es que la grafología es un método que tiene muchísimos recovecos por explorar. La grafología no se centra exclusivamente en la forma de las letras sino también en la fuerza del trazo, el tamaño de la letra, la disposición en el espacio, la rapidez del trazado, la cohesión en la escritura, los márgenes, los signos de puntuación… en fin, la lista de elementos a considerar es realmente extensa.